El Dr. Julio Mayol además de ser un gran cirujano es un gran “traductor de ideas”. Digo traductor de ideas porque tuvo la capacidad de que nuestras colegialas se replantearan su forma de mirar a la medicina. Afirmó que todas nuestras creencias sobre la forma de enseñar son válidas e incluso fue más allá; porque ¿quién no ha sentido que la carrera podía contigo, que simplemente memorizaba y memorizaba para únicamente aprobar un examen, que realmente aprendería en el MIR…..? Nos señaló qué era lo que funcionaba antes y lo que se queda corto ahora, los problemas y sus soluciones clave.
Esa tarde Julio Mayol expresó verdades como templos y la primera de todas fue: “El código postal impacta más en la salud que el código genético. Ser pobre no es bueno para la salud”. Una realidad dolorosa que nosotras tenemos la suerte de no vivir y que por lo tanto empezó a resquebrajar nuestro sistema.
Seguidamente sentenció el modelo de negocio de la medicina: las personas dan dinero al médico y quizás se curen o quizás no; pero ¿qué queremos nosotros, más servicios sanitarios o más salud? Hemos vendido que hacer más es bueno pero como Aristóteles decía “primun non nocere” (lo primero es no hacer daño) y hay, por tanto, un desperdicio de recursos al realizar pruebas sin una mínima base de certeza de que es necesaria. Otro de los problemas sería la variabilidad de la calidad y los resultados, no es lo mismo operarse en Madrid, capital de España donde se encuentran la mayoría de avances médicos que en una ciudad que los carezca; por no hablar simplemente de los distintos barrios de Madrid y sus desigualdades.
Y la peor de todas; es la de que nuestra salud se centra en curar enfermedades, no en prevenir su daño. La sanidad en sí debería ser preventiva, participativa, predictiva, personalizada y poblacional; esto requiere una modificación en el modelo de negocio, cambiar cómo pensamos y una innovación tecnológica. Aunque todo esto se conseguirá gracias a sus mayores impulsores: pacientes, actualización del conocimiento y el desarrollo de las TIC.
La conferencia dio mucho de qué hablar, aunque su conclusión fue aún mejor; el problema de la medicina es la relación de las personas. Todo se resume en la forma de socializarse, fue la praxis en la prehistoria y lo sigue siendo ahora; aunque todo cambie, hay cosas que nunca lo harán
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