Siempre es bonito festejar un cumpleaños: venir al mundo es un gran acontecimiento que merece una fiesta. El domingo 1 de diciembre celebramos el Día del Titular, festejando el 145 cumpleaños que Pedro Poveda cumpliría el 3 de diciembre, la fecha de su nacimiento.
Comenzamos celebrando una íntima eucaristía en nuestra capilla. El dulce olor de los arreglos florales nos envolvía y, junto con la música de nuestro coro, hacía la experiencia aún más especial. Le dedicamos nuestros pensamientos y oraciones a San Pedro, y también encendimos la primera vela de Adviento.
Después nos reunimos todas en el salón de actos y nos sentamos expectantes. La orquesta Morii Ensemble, compuesta por jóvenes músicos formados en centros muy prestigiosos, aguardaba con sus instrumentos, atriles y partituras en el escenario a que nos acomodáramos. Una vez llegamos todas, nuestra directora Marisa nos regaló unas palabras de bienvenida antes de presentar a la orquesta y al director, Juan Juanals Márquez: profesor en la Escuela Superior de Extremadura, especialista en saxofón, y director de la orquesta.
Los aplausos cerraron el discurso de Marisa y dieron pie al comienzo del concierto. De riguroso negro que contrastaba con la batuta blanca, Juanals dirigió a los dieciséis músicos que nos deleitaron desde el escenario. En cuatro piezas llenas de contrastes, giros y sorpresas, los instrumentos dialogaban contándonos historias sobre el mundo, el nacionalismo o el folclore. Era delicioso observar los gestos de los músicos y detectar cómo disfrutaban determinado fragmento, o se concentraban para otro más difícil. Uno de los momentos cumbre fue el solo de saxofón que el director ejecutó en la segunda pieza dejando al público anonadado. Para despedirse, la orquesta nos enamoró a todas tocando el vals nº2 de Shostakovich y despertando en muchas las ganas de bailar.
Como dijo después Juanals, el público estaba entregado y se notaba desde el escenario. Entre muchos aplausos y vítores cerramos el concierto y pasamos del salón de actos al cóctel que nos esperaba en la entrada. Allí comentamos el concierto entre nosotras y con los músicos. Todas coincidimos en que fue un regalo poder disfrutar así en nuestra casa, pero que sobre todo fue un excelente regalo de cumpleaños para San Pedro Poveda.
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